La exposición “La Forma y el Impulso” reflexiona sobre el mecanismo de la espontaneidad como una fuerza que produce movimiento, como el deseo que induce a actuar de manera súbita.
A través de un conjunto de obras, Marta Adalid comparte su visión acerca del impulso creativo, donde éste se entiende como un golpe que nace en el interior y se exterioriza a través de la pintura. El acto de pintar se convierte entonces en un medio catártico.
A través del dibujo se representan personas en situaciones íntimas. Gracias a una técnica realista, el ser humano se ilustra en un contexto cotidiano quedando reducido a su estado más natural.
Mediante la pintura, la noción del cuerpo va más allá. El lienzo se concibe como un plano ficticio en el que pueden coexistir elementos aparentemente contradictorios. La representación de la figura como tal desaparece para evocar la experiencia del sentir.
La artista nos invita a deshacernos de la imagen idealizada del cuerpo, para valorarlo como instrumento que nos permite vivir nuestra existencia y compartirla con el otro.